domingo, 21 de enero de 2018

Música en Crimen y castigo de Fiódor Dostoyevski









De pronto se oye gran algazara en la taberna, de donde se ve salir, entre cantos y gritos, un grupo de corpulentos mujiks embriagados, luciendo camisas rojas y azules, con la balalaika en la mano y la casaca colgada descuidadamente en el hombro.
pag. 60





Alejandro Romero Medina               Balalaika, mix - Música folclórica Rusa - Trio Barynya.
Con la maestra de la balalaika. Elina Karokhina.



─Esa es la cuestión principal. No cabe duda de que el asesino estaba en el piso y había echado el cerrojo. Seguro que lo habrían atrapado si Koch no hubiese cometido la tontería de abandonar la guardia para bajar en busca de su amigo. El asesino aprovechó ese momento para deslizarse por la escalera y escapar ante sus mismas narices. Koch está aterrado; no cesa de santiguarse y decir que si se hubiese quedado junto a la puerta del piso, el asesino se habría arrojado sobre él y le habría abierto la cabeza de un hachazo. Va a hacer cantar un Tedeum...
─¿Y nadie ha visto al asesino?
─¿Como quiere usted que lo vieran? ─dijo el secretario, que desde su puesto estaba atento a la conversación─. Esa casa es un arca de Noé.
pag. 109




Eduardo SV     Te Deum | Canto Gregoriano






─¿Le gustan las canciones callejeras? ─preguntó de súbito Raskolnikof a un transeúnte de cierta edad que había escuchado a los músicos ambulantes y tenia aspecto de paseante desocupado.
pag. 160





muuha14       El grupo folclórico "Cosaco ruso" toca canciones populares rusas "Korobushka" y "Kamarinskaya" en GARMOSHKA





               ─Pero ¿para qué la quiero yo?
─Te aseguro que no te ocasionará ninguna molestia. Lo único que tienes que hacer es hablarle, sea lo que sea: te sientas a su lado y hablas. Como eres médico, puedes empezar por curarla de una enfermedad cualquiera. Te juro que no te arrepentirás... Esa mujer tiene un clavicordio. Yo sé un poco de música y conozco esa cancioncilla rusa que dice «Derramo lágrimas amargas». Ella adora las canciones sentimentales. Así empezó la cosa. Tú eres un maestro del teclado, un Rubinstein. Te aseguro que no te arrepentirás.
pag. 210





Kevin McGlynn
Anton Rubinstein (1829-1894) - Romance en Mi bemol mayor, Op.44 No.1. Natalya Lundtvedt, piano
  En la lectura podría venírsenos a la cabeza el gran pianista polaco Arthur Rubinstein
(1887-1982). Fiódor Dostoyevski vivió entre 1821 y 1881.





                ─Yo le dije: «¡Excelencia...!» ─exclamó deteniéndose
después de cada palabra para tomar aliento─. ¡Esa Amalia
Ludwigovna...! ¡Lena, Kolia, las manos en las caderas...!
Vivacidad, mucha vivacidad... Ligereza y elegancia... Un poco de
taconeo... ¡A ver si lo hacéis con gracia...!
»Du Hast Diamanten and Perlen. »¿Qué viene después...? ¡Ah, sí! »Du hast die schonsten Augen... Madchen, was willst du meher?
»¡Qué falso es esto! Was willst du meher...? Bueno, ¿qué más dijo el muy imbécil...? Ya, ya recuerdo lo que sigue...
»En los medios días ardientes de los llanos del Daghestan...
»¡Ah, cómo me gustaba, como encantaba esta romanza, Poletchka! Me la cantaba tu padre antes de casarnos... !Qué tiempos aquellos...! Esto es lo que debemos cantar... Pero ¿qué viene después...? Lo he olvidado... Ayúdame a recordar...






Robert Ostermeyer
Gustav Schönwald - Du hast Diamanten und Perlen










domingo, 14 de enero de 2018

Música en "Juguetes de la niñez y travesuras del ingenio" de Francisco de Quevedo





Parecióme, pues, que veía un mancebo que discurriendo por el aire daba voz de su aliento a una trompeta, afeando con su fuerza en parte su hermosura. Halló el son obediencia en los mármoles y oídos en los muertos, y así al punto comenzó a moverse toda la tierra y a dar licencia a los güesos que anduviesen unos en busca de otros; y pasando tiempo, aunque fue breve, vi a los que habían sido soldados y capitanes levantarse de los sepulcros con ira, juzgándola por seña de guerra; a los avarientos con ansias y congojas, recelando algún rebato; y los dados a vanidad y gula, con ser áspero el son, lo tuvieron por cosa de sarao o caza. Esto conocía yo en los semblantes de cada uno y no vi que llegase el ruido de la trompeta a oreja que se persuadiese a lo que era. después note de la manera que algunas almas huían, unas con asco y otras con miedo, de sus antiguos cuerpos. A cuál faltaba un brazo, a cuál un ojo, y diome risa ver la diversidad de figuras y admiróme la providencia en que estando barajados unos con otros, nadie por yerro de cuenta se ponía las piernas ni los miembros de los vecinos. Solo en un cementerio me pareció que andaban destrocando cabezas y que vi a un escribano que no le venía bien el alma y quiso decir que no era suya por descartarse della.
De EL SUEÑO DE LAS CALAVERAS pg. 18







MusicPortray Handel- Concierto para trompeta en Re
Aunque Händel (1685-1759) fue posterior a Quevedo (1580-1645) no debió de haber mucha diferencia entre las trompetas que ambos conocieron, obviando, lógicamente, que Händel era un experto.







Di un paso atrás y salíme del camino del bien, que jamás quise retirarme de la virtud que tuviese mucho que desandar ni que descansar. Volví a la mano izquierda y vi un acompañamiento tan reverendo, tanto coche, tanta carroza cargada de competencias al sol en humanas hermosuras, y gran cantidad de galas y libreas, lindos caballos, mucha gente de capa negra y muchos caballeros. Yo, que siempre oí decir "Dime con quién fueres y diréte cuál eres", por ir con buena compañía puse el pie en el umbral del camino, y sin sentirlo me hallé resbalado en medio dél como el que se desliza por el hielo, y topé con el que había menester, porque aquí todos eran bailes y fiestas, juegos y saraos, y no el otro camino, que por falta de sastres iban en él desnudos y rotos, y aquí nos sobraban mercaderes, joyeros y todos oficios. Pues ventas, a cada paso, y bodegones sin número. No podré encarecer qué contento me hallé en ir en compañía de gente tan honrada, aunque el camino estaba algo embarazado, no tanto con las mulas de los médicos como con las barbas de los letrados, que era terrible la escuadra dellos que iba delante de unos jueces. No digo eso porque fuese menor el batallón de los doctores, a quien nueva elocuencia llama ponzoñas graduadas, pues se sabe que en sus universidades se estudia para tósigos. Animóme para proseguir mi camino el ver no solo que iban muchos por él, sino la alegría que llevaban, y que del otro se pasaban algunos al nuestro, y del nuestro al otro por sendas secretas. Otros caían, que no se podían tener, y entre ellos fue de ver el cruel resbalón que una lechigada de taberneros dio en las lágrimas que otros habían derramado en el camino, que por ser agua se les fueron los pies y dieron en nuestra senda unos sobre otros. Íbamos dando vaya a los que veíamos por el camino de la virtud más atrabajados. Hacíamos burla dellos, llamábamosles heces del mundo y desecho de la tierra. Algunos se tapaban los oídos y pasaban adelante; otros que se paraban a escucharnos, dellos desvanecidos de las muchas voces y dellos persuadidos de las razones y corridos de las vayas, caían y se bajaban. Vi una senda por donde iban muchos hombres de la misma suerte que los buenos, y desde lejos parecía que iban con ellos mismos; y llegado que hube vi que iban entre nosotros. Estos me dijeron que eran los hipócritas, gente en quien la penitencia, el ayuno, la mortificación, que en otros son mercancía del cielo, es noviciado del Infierno. Había muchas mujeres tras estos besándoles las ropas, que en besar algunas son peores que Judas, porque él besó, aunque con ánimo traidor, la cara del Justo Hijo de Dios y Dios verdadero, y ellas besan los vestidos de otros tan malos como Judas. Atribúyolo, más que a devoción, en algunas, a golosina en el besar. Otras iban cogiéndoles de las capas para reliquias, y algunas cortan tanto que da sospecha que lo hacen más por verlos en cueros o desnudos que por fe que tengan con sus obras. Otras se encomiendan a ellos en sus oraciones, que es como encomendarse al diablo por tercera persona. Vi algunas pedirles hijos, y sospecho que marido que consiente en que pida hijos a otro la mujer, se dispone a agradecérselo si se les diere. Esto digo por ver que pudiendo las mujeres encomendar sus deseos y necesidades a san Pedro, a san Pablo, a san Juan, a san Agustín, a santo Domingo, a san Francisco, y otros santos, que sabemos que pueden con Dios, se den a estos que hacen oficio la humildad y pretenden irse al cielo de estrado en estrado y de mesa en mesa. Al fin conocí que iban estos arrebozados para nosotros, mas para los ojos eternos, que abiertos sobre todos juzgan el secreto más escuro de los retiramientos del alma, no tienen máscara. Bien que hay muchos buenos espíritus a quien debemos pedir favor con los Santos y con Dios, mas son diferentes destos de quien antes se les ve la diciplina que la cara y alimentan su ambiciosa felicidad del aplauso de los pueblos, y diciendo que son unos indignos y grandísimos pecadores y los más malos de la tierra, llamándose jumentos engañan con la verdad, pues siendo hipócritas, lo son al fin. Iban estos solos aparte y reputados por más necios que los moros, más zafios que los bárbaros y sin ley, pues aquellos, ya que no conocieron la vida eterna ni la van a gozar, conocieron la presente y holgáronse en ella, pero los hipócritas ni la una ni la otra conocen, pues en esta se atormentan y en la otra son atormentados, y en conclusión, destos se dice con toda verdad que ganan el infierno con trabajos. Todos íbamos diciendo mal unos de otros, los ricos tras la riqueza, los pobres pidiendo a los ricos lo que Dios les quitó. Van por un camino los discretos, por no dejarse gobernar de otros, y los necios, por no entender a quien los gobiernan, aguijan a todo andar. Las justicias llevan tras sí los negociantes, la pasión a las mal gobernadas justicias, y los reyes desvanecidos y ambiciosos, todas las repúblicas. No faltaron en el camino muchos ecclesiásticos, muchos teólogos. Vi algunos soldados, pero pocos, que por la otra senda, a fuerza de absoluciones y gracias, iban en hileras ordenados honradamente triunfando de su sangre; pero los que nos cupieron acá era gente, que si como habían extendido el nombre de Dios jurando, lo hubieran hecho peleando, fueran famosos. Dos chorrilleros solos iban muy desnudos, que por la mayor parte los tales que viven por su culpa, traen los golpes en los vestidos y sanos los cuerpos. Andaban cantando entre sí las ocasiones en que se habían visto, los malos pasos que habían andado (que nunca estos andan en buenos pasos) y nada desto les creíamos, teniéndoles por mentirosos; solo cuando, por encarecer sus servicios, dijo uno a los otros: "¡Qué digo, camarada! ¡Qué trances hemos pasado y qué tragos!", lo de los tragos se les creyó, porque hacían fe recuas de mosquitos que les rodeaban las bocas, golosas del aliento parlero del mucho mosto que habían colado. Miraban a estos pocos los muchos capitanes, maestres de campo, generales de ejércitos, que iban por el camino de la mano derecha enternecidos, y oí decir a uno dellos que no lo pudo sufrir, mirando las hojas de lata llenas de papeles inútiles que llevaban estos ciegos que digo:
-¡Soldados, por acá! ¿Esto es de valientes, dejar este camino de miedo de sus dificultades? Venid, que por aquí de cierto sabemos que solo coronan al que legítimamente peleare. ¿Qué vana esperanza os arrastra? ¿Las anticipadas promesas de los reyes? No siempre, con almas vendidas, es bien que temerosamente suene en vuestros oídos "Mata o muere". Reprehended la hambre del premio, que de buen varón es seguir la virtud sola, y de cudiciosos los premios no más, y quien no sosiega en la virtud y la sigue por el interés y mercedes que se siguen, más es mercader que virtuoso, pues la hace a precio de perecedores bienes. Ella es don de sí misma, quietaos en ella.
De LAS ZAHÚRDAS DE PLUTÓN - Prólogo al ingrato y desconocido lector pgs 41-43




Martin Castaño ESPECTÁCULO DANZAS CORTESANAS (RENACIMIENTO DIRECTOR ARTÍSTICO . MARTÍN  CASTAÑO PALACIO DE LOS GUZMANES.LEÓN .2004
Sarao: Fiesta nocturna con baile y música.



alfreardiles  Dúo Piuke cantando "Por el tucu tucu".
La chorrillera o chorrillero es un género musical tradicional argentino, con reminiscencias indígenas, "los arpegios de la guitarra suenan como los chorrillos del agua".
Quevedo se refiere a quien está todo el día en la calle al hablarnos del chorrillero, aquí pongo simplemente como curiosidad esta interpretación.




     ─¿Quien vendrá acompañado desta maldita ?─ decía yo;
y me parecía que aún el diablo era poca cosa para tan maldita gente, cuando veo venir gran ruido de guitarras. Alegréme un poco. Tocaban todos pasacalles y vacas.
─¡Que me maten si no son barberos esos que entran!
No fue mucha habilidad el acertar, que esta gente tiene pasacalles infusos y guitarra gratisdata. Era de ver puntear a unos y rasgar a otros. Yo decía entre mí:
─¡Dolor de la barba, que ensayada en saltarenes se ha de ver rapar, y del brazo que ha de recibir una sangría pasada por chaconas y folías!
de VISITA DE LOS CHISTES - A quien leyere pg.92





jnclassicalguitarist Guárdame Las Vacas - Luis de Narvaez
Guárdame las vacas, canción muy popular en la España de los siglos XV y XVI  y cuya letra rezaba así: Guárdame las vacas, carillejo/ y besart'he/ sino, bésame tú a mi/ que yo te las guardaré.




audioeidos François Le Cocq - Chaconne - Rosario Cicero (Baroque Guitar) (Museo Nazionale degli Strumenti Musicali) Rome, 20 Nov. 2010
  Chacona: composición musical de ritmo lento, en compás de tres por cuatro y con ciertas variaciones contrapuntísticas, con la cual se acompañaba el baile cortesano del mismo nombre de los siglos XVI y XVII.


PathologicalLute Gaspar Sanz (1640-1710) - Folias from the "instrucción de música sobre la guitarra española" (1697).
Folía: composición musical, de ritmo ternario y pausado, con la cual se acompaña el baile originario de Portugal del mismo nombre.



-Hablen por su orden -dijo la Muerte. Luego salió uno con grandísima cólera y priesa, y se vino para mí, que entendí que me quería maltratar, y dijo: -¡Vivos de Satanás!: ¿qué me queréis, que no me dejáis, muerto y consumido? ¿Qué os he hecho, que sin tener parte en nada, me disfamáis en todo y me echáis la culpa de lo que no sé? -¿Quién eres -le dije con una cortesía temerosa- que no te entiendo? -Soy yo -dijo- el malaventurado Joan de la Encina, el que habiendo muchos años que estoy aquí, toda la vida andáis, en haciéndose un disparate o en diciéndole vosotros, diciendo: "No hiciera más Joan de la Encina", "Daca los disparates de Joan de la Encina". Habéis de saber que para hacer y decir disparates todos los hombres sois Joan de la Encina, y que este apellido de Encina es muy largo en cuanto a disparates. Pero pregunto si yo hice los testamentos en que dejáis que otros hagan por vuestra alma lo que no habéis querido hacer. ¿He porfiado con los poderosos? ¿Teñíme la barba por no parecer viejo? ¿Fui viejo sucio y mentiroso? ¿Enamoréme con mi dinero? ¿Llamé favor el pedirme lo que tenía y el quitarme lo que no tenía? ¿Entendí yo que sería bueno para mí el que a mi intercesión fue ruin con otro que se fió dél? ¿Gasté yo la vida en pretender con qué vivir, y cuando tuve con qué no tuve vida que vivir? ¿Creí las sumisiones del que me hubo menester? ¿Caséme por vengarme de mi amiga? ¿Fui yo tan miserable que gastase un real segoviano en buscar un cuarto incierto? ¿Pudríme de que otro fuese rico o medrase? ¿He creído las apariencias de la fortuna? ¿Tuve yo por dichosos a los que al lado de los príncipes dan toda la vida por una hora? ¿Heme preciado de hereje y de mal reglado en todo y peor contento, porque me tengan por entendido? ¿Fui desvergonzado por campear de valiente? Pues si Joan de la Encina no ha hecho nada desto, ¿qué necedades hizo este pobre de Joan de la Encina? Pues en cuanto a decir necedades, ¡sacadme un ojo con una! ¡Ladrones, que llamáis disparates los míos y parates los vuestros! Pregunto yo: ¿Juan de la Encina fue acaso el que dijo "haz bien y no cates a quién"?, siendo contra el Espíritu Santo, que dice "Si bene feceris scito cui feceris, et erit gratia in bonis tuis multa", si hicieres bien, mira a quién. ¿Fue Joan de la Encina quien, para decir que uno era malo, dijo "es hombre que ni teme ni debe", habiendo de decir que "ni teme ni paga", pues es cierto que la mejor señal de ser bueno es ni temer ni deber y la mayor de la maldad ni temer ni pagar? ¿Dijo Joan de la Encina "de los pescados el mero, de las carnes el carnero, de las aves la perdiz, de las damas Beatriz"? No lo dijo, porque él no dijera sino "de las carnes, la mujer; de los pescados, el carnero; de las aves, la Ave María, y después la presentada; de las damas, la más barata". Mirá si es desbaratado Joan de la Encina. No prestó sino paciencia, no dio sino pesadumbre; él no gastaba con los hombres que piden dinero ni con las mujeres que piden matrimonio. ¿Qué necedades pudo hacer Joan de la Encina, desnudo por no tratar con sastres, que se dejó quitar la hacienda por no haber de menester letrados, que se murió antes de enfermo que de curado para ahorrarse el médico? Solo un disparate hizo, que fue, siendo calvo, quitar a nadie el sombrero, pues fuera menos mal ser descortés que calvo, y fuera mejor que le mataran a palos porque no quitaba el sombrero, que no a apodos porque era calvario. Y si por hacer una necedad anda Joan de la Encina por todos esos púlpitos y cátredas con votos, gobiernos y estados, enhoramala para ellos, que todo el mundo es monte y todos son Encinas.
de VISITA DE LOS CHISTES - A quien leyere pgs. 98-99







ccgiovannibardi Hoy comamos y bebamos- Coro de Cámara Giovanni Bardi Juan del Enzina (1468-1529)


     Los textos proceden de la edición de I. Arellano, publicada en Madrid, Cátedra, 1996.





Francisco de Quevedo y Villegas, atribuido a Juan van der Hamen


Francisco Gómez de Quevedo Villegas y Santibáñez Cevallos (Madrid, 14 de

septiembre de 1580 – Villanueva de los Infantes, Ciudad Real, 8 de septiembre de 1645)





domingo, 7 de enero de 2018

Música en "Las aventuras de Tom Sawyer" de Mark Twain




Tom apareció en la calle con un cubo de lechada y una brocha atada en la punta de una pértiga. Echó una mirada a la cerca, y la Naturaleza perdió toda alegría y una aplanadora tristeza descendió sobre su espíritu. ¡Treinta varas de valla de nueve pies de altura! Le pareció que la vida era vana y sin objeto y la existencia una pesadumbre. Lanzando un suspiro, mojó la brocha y la pasó a lo largo del tablón más alto; repitió la operación; la volvió a repetir, comparó la insignificante franja enjalbegada con el vasto continente de cerca sin encalar, y se sentó sobre el boj, descorazonado. Jim, salió a la puerta haciendo cabriolas, con un balde de cinc y cantando Las muchachas de Búffalo. Acarrear agua desde la fuente del pueblo había sido siempre a los ojos de Tom una cosa aborrecible; pero entonces no le pareció así. Se acordó de que no faltaba allí compañía. Allí había siempre muchachos de ambos sexos, blancos, mulatos y negros, esperando vez; y entretanto, holgazaneaban, hacían cambios, reñían, se pegaban y bromeaban. Y se acordó de que, aunque la fuente sólo distaba ciento cincuenta varas, Jim jamás estaba de vuelta con un balde de agua en menos de una hora; y aun entonces era porque alguno había tenido que ir en su busca. Tom le dijo:
─Oye, Jim: yo iré a traer el agua si tú encalas un pedazo

pág.12 cap. II




2nd South Carolina String Band - Buffalo Gals

Buffalo Gals «Chicas de Buffalo» Compuesta por Cool White (de nombre verdadero John Hodges) en 1844












Letra en español
Como me iba calle abajo Calle abajo, calle abajo, A una linda chica encontré ¡Qué bonita chica vi!
[Coro]
«Chicas de Buffalo, ¿No salís esta noche, Salís esta noche, salís esta noche? Chicas de Buffalo, ¿No salís esta noche Bailar bajo la luz de la luna?»
¿Quieres charlar? le pregunté Le pregunté, le pregunté. Toda la acera ocupaban sus pies Cuando estaba junto a mí. [Coro] ¿Quieres bailar?" le pregunté Le pregunté, le prégunté. Pensé "A lo mejor podré Con ella gambetear. [Coro] Bailé con la chica de la media desgarrada, Su cadera balanceando, y sus pies golpeando Bailé con la chica de la media desgarrada Bailamos bajo la luz de la luna. [Coro] Dije:"¿Quieres ser mi mujer, Ser mi mujer, ser mi mujer? Para siempre feliz voy a ser Si me dice que sí. [Coro`]



MARK TWAIN. Samuel Langhorne Clemens, conocido por el
seudónimo de Mark Twain (Florida, Misuri, 30 de noviembre de 1835 - Redding Connecticut, 21 de abril de 1910), fue un popular escritor, orador y humorista estadounidense. Escribió obras de gran éxito como El príncipe y el mendigo o Un yanqui en la corte del Rey Arturo, pero es conocido sobre todo por su novela Las aventuras de Tom Sawyer y su secuela Las aventuras de Huckleberry Finn.





Twain creció en Hannibal (Misuri), lugar que utilizaría como escenario para las aventuras Tom Sawyer y Huckleberry Finn. Trabajó como aprendiz de un impresor y como cajista, y participó en la redacción de artículos para el periódico de su hermano mayor Orion. Después de trabajar como impresor en varias ciudades, se hizo piloto navegante en el río Misisipi, trabajó con poco éxito en la minería del oro, y retorno al periodismo. Como reportero, escribió una historia humorística, La celebre rana saltarina del condado de Calaveras (1865), que se hizo muy popular y atrajo la atención hacia su persona a escala nacional, y sus libros de viajes también fueron bien acogidos, Twain había encontrado su vocación.










Consiguió un gran éxito como escritor y orador. Su ingenio y sátira recibieron alabanzas de críticos y colegas, y se hizo amigo de presidentes estadounidenses, artistas, industriales y realeza europea.




Carecía de visión financiera y, aunque ganó mucho dinero con
sus escritos y conferencias, lo malgastó en varias empresas, y se


vio obligado a declararse en bancarrota. Con la ayuda del

empresario y filántropo Henry Huttleston Rogers finalmente

resolvió sus problemas financieros.


Twain nació durante una de las visitas a la Tierra del cometa Halley, y predijo que también «me iré con él»; murió al siguiente regreso a la Tierra del cometa, 74 años después. William Faulkner calificó a Twain como «el padre de la literatura norteamericana».











Las aventuras de Tom Sawyer
Mark Twain, 1876
Editor digital: Matt
























Música en "La gatomaquia" de Lope de Vega.






Música en "La gatomaquia"


de Lope de Vega



Dos músicos traían instrumentos,
a cuyo son y acentos
cantaban dulcemente;
y así, llegando del balcón enfrente
de Zapaquilda bella,
cantaron un romance, que por ella compuso Micifuf, poeta al uso,
que él tampoco entendió lo que compuso.
Mas, puesta a la ventana
con serenero de su propia lana,
hasta que Bufalía
le trujo un rocadero
que por más gravedad y fantasía
sirvió de capirote y serenero,
y en medio de lo grave
del romance suave
les dijo con despejo, pareciéndole versos a lo viejo,
que jácara cantasen picaresca; y así, cantaron la más nueva y fresca,
que, para que lo heroico y grave olviden,
hasta las gatas jácaras les piden:
¡tanto el mundo decrépito delira!
Aquí se resolvió la dulce lira,
y en dos lascivos ayes,
andolas, guirigayes
y otras tales bajezas,
cantaron, pues, las bárbaras proezas
y hazañas de rufianes,
que éstos son los valientes capitanes
que celebran poetas
de aquellos que, en extremas
necesidades, viven arrojados
al vulgo, como perros a leones;
que la virtud y estudios, mal premiados,
mueren por hospitales y mesones;
¡Verdes laureles de Virgilios y Enios,
perecer la virtud y los ingenios
!Mas ¿quién le mete a un nombre licenciado
más que en hablar de sólo su tejado?
Silva III pag. 36


Jácaras (Anónimo) "No hay que decirle el primor" Orphénica Lyra
Jácara: romance festivo, con frecuencia desvergonzado y picante.<<n.280>>
Andolas y guirigayes: otros dos bailes de época, a cuyos sones se cantaban estos romances vulgares cuyos protagonistas eran mujerzuelas y rufianes. <<n.284>>




Ocupadas las sillas y el estrado,
salió Trebejos, gato remendado,
y sacando a la bellaGatiparda,
comenzaron los dos una gallarda,
como en París pudiera Melisendra;
y luego, con dos cáscaras de almendra
atadas en los dedos, resonando
el eco dulce y blando,
bailaron la chacona
Trapillos y Maimona,
cogiendo el delantal con las dosmanos,
si bien murmuración de gatos canos.

Silva V pg.55




La Gallarda -
Video Exposición Ambar Piza
Gallarda: Danza muy española y entonada. Según Covarrubias, su nombre procede del cantarcillo: «Dama gallarda ─ mata colón ─ mucho te quiere ─ el Emperador». <<n. 600>>



Chacona: Un sarao de la chacona, también conocida como Chacona a la vida bona, de Juan Arañés
Interpretada por los miembros de la Sinfonía de Nueva York, la nueva orquesta de instrumentos de época de Nueva York, y por los bailarines Patricia Beaman y Carlos Fittante. Arreglo de Grant Herreid de Ex Umbris y coreografía de Patricia Beaman y Carlos Fittante.

Chacona: Popularísimo y muy criticado baile, cuya boga duró a través de los siglos XVI y XVII. Las letras para la chacona son abundantísimas: «El baile de la chacona ─ encierra a vita bona». «Agora que la guitarra ─ me sirve de voz sonora, ─ y de lengua con que pueda ─ cantaros aquesta historia; ─ antes que os de cuenta larga, ─ sumada en palabras pocas, ─ de la tierra que pisáis, ─ de la gente y de sus cosas, ─ sabed que los de esta isla ─ no podemos decir cosa ─ sin la guitarra, cantando, ─ a este son y desta forma: ─ Esta tierra, amigos mios, ─ es la isla de Chacona, ─ por otro nombre Cucaña, que entrambos nombres se nombra». Esta isla no es otra que una primitiva Jauja. La chacona rivalizaba, en el favor público, con la zarabanda, y ambas se bailaban al final y entre acto y acto de las comedias. Parece haber sido danza de negros y mulatos, muy lasciva. <<n.602>>




FÉLIX LOPE DE VEGA Y CARPIO, Madrid (1562-1635), fue uno de los más importantes poetas y dramaturgos del Siglo de Oro español y, por la extensión de su obra, uno de los más prolíficos autores de la literatura universal.
A los doce años había ya pasado los cursos de Humanidades, en los que había brillado; y a la vez, como de padres de buena alcurnia, tenía la más mundana educación y conocía a maravilla la danza, la música y la esgrima. Se vio huérfano por lo que se acogió a la hospitalidad de don Jerónimo Manrique, obispo de Ávila, y aun después trabajó en casa del duque de Alba, a quien sirvió de secretario durante algún tiempo.
Dos veces contrajo matrimonio, y dos veces enviudó, por lo cual, al ocurrir este último triste suceso, tomó hábitos religiosos y se inscribió en la Congregación de sacerdotes naturales de Madrid.
Hasta aquel entonces su vida había sido algo accidentada, pues vivía de lo que le daban sus comedias y otros escritos; con el estado eclesiástico, otras rentas venían a sumarse a las que le producían sus obras, y pudo llevar una vida sosegada y tranquila, en la cual podía producir mejor. Entonces fue cuando comenzó a gozar de una gran popularidad.
El número de sus comedias, según varios de sus contemporáneos, alcanzó al de dos mil; claro esta que las hoy conocidas son en mucho menor número, pero de todas maneras bastantes para sentar la fama de fecundo de que ha gozado. Caben destacar: Fuente Ovejuna, Rimas, El Perro del Hortelano, La Hermosura de Angélica, La Jerusalén conquistada, Peribañez y el Comendador de Ocaña, Los Pastores de Belén, La Dama Boba, El Caballero de Olmedo y La Dorotea.
Extraído del libro
La gatomaquia - Lope de Vega, 1634
Editor digital: Titivillus